Los “mercados están nerviosos” en Brasil anotó el columnista del periódico Valor Económico, Cristiano Romero, los motivos son la elevación de los intereses en los EUA y la quiebra del “pacto” establecido entre los mercados financieros y el grupo del presidente Michel Temer, al congelar la polémica reforma a la Previdencia Social (Valor Económico, 4 de julio de 2018). Sin embargo, existen otras cuestiones coadyuvando a este temor de los rentistas brasileños.
Una de estas, es la frecuente publicación de informes periodísticos sobre la participación de los bancos en los escándalos de corrupción de los últimos años, además de las acres críticas a los privilegios de los rentistas, en especial, las tasas de interés bancarias.
Un ejemplo es el editorial del periódico Jornal do Brasil del 2 de julio titulada “Los peligros en la oscuridad”, el cual critica “la generosa complacencia de los tres poderes constituidos ante la avasalladora política de tasas de interés, la cual en Brasil asume la dimensión de crimen grave, no tolerado en ninguna otra parte del mundo”.
En la edición del día siguiente leía: “Lava Jato, al fin, llega a los grandes bancos”. (Lava Jato –lavado rápido- es el nombre que recibe el mayor escándalo de corrupción de Brasil de los últimos años). El reportaje informa que todos los grandes bancos brasileños fueron acusados por la oficina de Ingresos Federales de complicidad en el movimiento de vastas cantidades involucradas en los esquemas de corrupción, fraude y lavado de dinero investigado por la Operación Lava Jato, estimados en más de 50 mil millones de reales. Se citan a Santander, Bradesco, Itaú, Caixa, BB y Citibank (comprado por Itaú en 2017), pero serían 13 los bancos involucrados.
No obstante, el periódico dice:
“Ninguna investigación tuvo un desenlace. Ni de la fuerza-tarea del juez (Sergio) Moro, ni de la Comisión de Valores Inmobiliarios, ni del Banco Central…El interés de los grandes bancos de obstaculizar investigaciones parece proporcional al volumen de los donativos a la campaña de reelección de Dilma (Rousseff)…” (Jornal do Brasil, 3 de julio de 2018).
El reportaje traza un cuadro con los donativos de seis bancos (Bradesco, BTG-Pactual, ItaúUnibanco, Safra, BMG y Santander), hacia la campaña de la ex-presidente en 2014, totalizando nada menos que 202 millones de reales, lo cual da una idea de la dimensión del poder de fuego de los bancos junto a la clase política.
El 4 de julio, el periodista volvió a la carga, esta vez contra el cartel de manipuladores del cambio, el cual actuó entre 2008 y 2013 en 15 bancos, acarreando enormes daños a los exportadores brasileños y a empresas como Petrobras. Usado como base un estimado del presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), Roberto Giannetti da Fonseca, su cálculo del daño fue de 20 mil millones de reales por año, durante la duración del esquema.
El llamado cartel del cambio viene siendo investigado desde 2015 por el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade) del Ministerio de Justicia, pero es evidente que el Banco Central (BC) no ha demostrado el menor interés en profundizar el caso. Según Cortes, lo máximo hecho por el BC fue reducir el número de bancos autorizados a operar el cambio en su nombre, los llamados “dealers”, incluso porque, observa, el número de bancos en el país se redujo en los últimos años.
La AEB y Petrobras ya habían entrado en la Justicia para evitar la expiración del plazo de vigencia de las acciones contra los bancos, siendo seguidos por más de una decena de empresas, entre ellas Vale, Braskem, Odebrecht, OAS, Gol y Usiminas.
La lenidad con los bancos se refleja también en las irrisorias multas aplicadas a los bancos que hicieron acuerdos con la Cade: el Royal Bank of Canada, Morgan Stanley, Barclays, Deutsche Bank, HSBC y JP Morgan Chase –el gran total de 226.4 millones de reales, por lo menos tres órdenes de magnitud inferior a los daños causados.
El mensaje
Otro motivo de las preocupaciones de los rentistas es la elección presidencial de octubre-noviembre, para la cual no han conseguido ningún candidato de confianza comprometido con la agenda de las reformas (léase sumisión incondicional a sus intereses). El único candidato que no duda en defenderlas abiertamente es el ex-ministro Henrique Meirelles, cuyas intenciones del voto se ubican un poco por encima de una pizca.
A cuenta de esto, aparentemente, los “mercados” ya comenzaron a transmitir su mensaje a la clase política, divulgando escenarios de caos para la eventualidad de una victoria de un “candidato no reformista”, tal y como lo señala un estudio de escenarios del Bank of America Merrill Lynch (BofA).
En este caso, el estudio pronostica un cuadro tenebrosos para 2019, sin los cambios necesarios para la recuperación del crecimiento de la economía y un aumento de la incertidumbre sobre la capacidad de la gobernabilidad, que sumirían al país nuevamente en una dura crisis. En números, habrá una caída del 1% en el PIB, la tasa Selic volvería a dos dígitos, la inflación subiría a un 7% y el dólar se dispararía a 5.50 reales (Info Money, 3 de julio de 2018).